Nosotros

De las Constituciones de las Misioneras de Cristo Jesús

  NUESTRA VOCACIÓN EN LA IGLESIA

"Las Misioneras de Cristo Jesús nacimos con la finalidad de prestar un servicio a la Iglesia misionera bajo una modalidad concreta: la de ser auxiliares de la Iglesia en el campo de la misión...

 ...dando siempre preferencia a las misiones más dificiles y necesitadas.

Se quiso que nuestra vida fuera una auténtica vida de familia, sencilla, alegre, con gran amplitud de horarios y planes, acomodada siempre a las necesidades de la misión.

Esto exigía que nuestras comunidades fuesen pequeñas, abiertas, flexibles, en continua actitud de servicio misionero.

El ejemplo de San Francisco Javier y su espíritu emprendedor alimentaron en nosotras el deseo de llevar el mensaje de Crsito a los pueblos más alejados y necesitados y de lanzarnos con gran fortaleza de ánimo a abrir nuevos caminos al Evangelio"

(Extracto del texto elaborado en la AG 1969)

"Manteniéndonos fieles a nuestra inspiración primera, queremos responder a la llamada del Espíritu para realizar el anuncio de la Buena Nueva. La dedicacion a la Evangelización de forma total y exclusiva, es la razón de ser de nuestra vida. Por nuestro carisma, ratificado por la Iglesia al aprobar nuestro Instituto, participamos de su ser misionero y de su universalidad.

Nuestra entrega a la evangelizcion la realizamos desde nuestro seguimiento radical a Cristo, siguiendo los consejos evangélicos y poniendo de manifiesto con ello el absoluto de Dios.

Una formación continuada, y una organización basada en la corresponsabilidad y confianza mutua, nos ayudan para esta vida que queremos vivir en comunión"

Const. N· 2   "De Cristo hemos recibido la llamada a comunicar el amor de Dios Pdre a todos los hombres. Respondiendo a esta llamada, nos dedicamos, de forma total y exclusiva, a realizar la vocación evangelizadora de la Iglesia, anunciando y haciendo presente el Reino de Dios.

Con la Iglesia queremos redescubrir constantemente, el designio salvador universal de Dios en la Historia, y hacernos servidoras de la Buena Nueva.

El Espiritu anima nuestra existencia misionera. El nos transforma continuamente, haciendo  posible transparentar  en nuestra vida el Evangelio que proclamamos"